El Plan de San Luís de Potosí, fue el llamando al pueblo mexicano a rebelarse violentamente contra la dictadura.
El movimiento que inició la revolución fue apoyado desde sus comienzos por la clase campesina (atraída por el artículo 3º del Plan) y logró que Díaz renunciara y se realizaran nuevas elecciones, en las que triunfó Madero.
Los líderes más sobresalientes de las luchas campesinas fueron Emiliano Zapata (del estado de Morelos, en el Sur) y Francisco Villa (de Chihuahua, en el Norte).
Francisco Villa siempre estuvo dispuesto a negociar con los liberales, mientras que Zapata mantuvo hasta el momento de su muerte el reclamo de la restitución de la propiedad de la tierra a los campesinos.
Empero del triunfo de la Revolución y el derrocamiento de Díaz, los reclamos campesinos, acerca de la sanción de una ley agraria que reformara el régimen de propiedad, no fueron atendidos debidamente por Madero cuando éste accedió al poder. Las evasivas sobre el tema, llevaron a que, tanto en el norte como en el sur se reanudaran las guerrillas campesinas. En Chihuahua, el ex maderista Pascual Orozco se levantó en armas.
Por su parte, Zapata siguió liderando la revolución morelense y rompió formalmente con Maderos al dar a conocer el Plan de Ayala, en el cuál se declaró la guerra al gobierno y el apoyo a Orozco.
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